"Yéndose
luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la
casa de su padre lo supieron, vivieron allí a él. Y se juntaron con él todos
los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en
amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como
cuatrocientos hombres." 1 Samuel 22:1,2
Al llegarle el
momento a David de manifestarse al pueblo como el ungido de Jehová, derrota
delante de grandes guerreros al
invencible Goliat. Algo que asombró a muchos de como un joven, sin aparente
experiencia de asuntos de guerra, sin una preparación en el cuartel general del
ejército de Israel, sale del anonimato y derrota al gigante que los atormentó
por cuarenta días. ¿Qué hizo la diferencia? La unción que estaba sobre David.
Y esto provocó
los celos y envidia del rey Saúl. Que lo guiaron a aborrecer a David. A tal
grado de quererlo eliminar, porque le era estorbo en sus propósitos personales
llenos de odio y egoismo. David tuvo que huir lo mas lejos posible para no
confrontar al rey Saúl. Porque respetaba al ungido de Dios.
Y en ese escape
que logra David se refugia en una cueva
que le llamaban, la cueva de Adulam. Este lugar tiene un significado muy
importante. La palabra Adulam en el hebreo significa "encerrado".
Primero llegaron
los familiares de David y se refugiaron en esa cueva. Segundo llegó un grupo de
personas que nada tenia que ver en este conflicto personal. Además esta gente
que se le une a David, eran personas con muchos problemas personales:
Endeudados, afligidos y amargados.
No llegaron allí
para recibir un seminario de "como salir de las deudas en 15 días" o "confesar
positivamente el futuro." ¡No! Llegaron para unirse a un hombre con
problemas, que lo andaban buscando para matarlo, pero ungido. Lo cual marca una
gran diferencia.
Muchas veces las
personas ungidas son perseguidas por el sistema religioso de este mundo. Por
personas egoistas llenas de envidia y celos. Pero ese es el precio que toda
persona que busca vivir ungido los dias de su vida en esta tierra sabe que ese
es el precio que tiene que pagar: Ser perseguido, pero tiene que amar y
bendecir a sus enemigos. Esta es la regla.
¿Porqué estos
hombres con problemas se unieron a David?
Porque David
transmitía confianza y seguridad. Demostraba sinceridad y temor de Dios en su
diario caminar, lo cual el respaldo del Señor estaba sobre él.
Si nosotros queremos
ser de bendición a esta humanidad que está muy necesitada de Dios. Necesitamos
vivir totalmente en la presencia divina de una manera constante, permanente. De
tal manera que seamos absorbidos por esa fragancia espiritual que brota desde
el trono divino.
Se necesitan
urgentemente hombres y mujeres de integridad, donde Dios les pueda confiar sus
planes mas ambiciosos para
manifestarse al
mundo con poder.
Estos hombres
marginados por la sociedad se unieron a David porque el respaldo de lo alto
estaba sobre él. Tenía relación con Dios.
"El concepto
de quien es Dios, determinará nuestro estilo de vida."
Un ungido es el mismo Dios manifestándose a
través de esa persona. Ya que el Espíritu Santo a transformado a esa persona a
través de un proceso, que a veces es lento, pero seguro. Lo cual determinará su
nivel espiritual.
"...somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor." 2 Corintios 3:18.
Para que David
llegará al nivel espiritual que tenía tuvo que pasar ese proceso de
transformación mediante la persona del Espíritu Santo, quien es el agente
encargado de esa función.
Si no hay
transformación, no hay suficiente unción. El aceite celestial es lo que marca
la diferencia en nuestras vidas.
¿Cómo obtenemos
ese aceite?
1- Estando en la
Cueva.
Para ser una
persona ungida tenemos que estar a solas con Dios. Tener una relación íntima.
Donde no hayan estorbos, ni obstáculos. Y no solo las cosas materiales pueden
obstruir esa relación. Sino personas que tienen un caminar dudoso en sus vidas
espirituales, que lo que hacen es contaminarnos con su estilo de vida
desagradable a Dios. Hay que retirarse de esas personas, si realmente queremos
vivir en la atmósfera donde fluya constantemente la corriente del Espíritu.
Por muchos años
traté de acercarme mas a Dios, y nunca lo lograba. Pues le daba mucha prioridad
a las "amistades", aunque eran líderes, no eran personas
espirituales. Estas
"amistades" me estaban bloqueando mi vida espiritual sin darme cuenta
lo delicado que implicaba esta relación divina. Nuestras amistades, aunque
usted no lo crea determinan nuestra espirititualidad. Si usted quiere ser una
persona ungida, tiene que rodearse de gente ungida.
Ya que con
nuestro vocabulario, atraemos al Espíritu Santo o lo alejamos. ¡Atraigámolo con
palabras que glorifiquen el nombre de Jesús!
2- Alimentándonos
con La Palabra de Dios.
Asi como el
cuerpo físico no puede vivir sin alimentarse con comida física, asi también lo
es el cuerpo espiritual.
Vivimos en una
sociedad donde se le hace demasiado énfasis a las dietas alimenticias, ya que
la dieta determina nuestra fortaleza física. Muchas personas quieren lucir bien
físicamente, tener el cuerpo esbelto como cuando tenían 20 años de edad. Ese es
el sueño para muchas personas en el día de hoy. Sin embargo, hay un gran
desequilibrio ya que también poseemos un cuerpo espiritual que tenemos que
almentarlo y nutrirlo para poder vivir una vida en victoria total. De lo
contrario, todo será solamente una apariencia física impresionante.
Pero si
alimentamos nuestro ser espiriutal con alimento espiritual, obtendremos grandes
resultados espirituales que nos proyectarán a tener armonía con Dios. Nos
beneficiaremos con una buena y excelente comunicación con el Altísimo.
"Cuando
lavaba yo mis pasos con leche, y la piedra me derramaba ríos de aceite."
Job 29:6
Nuestra conducta
dirigida por la palabra de Dios nos lleva a tal grado de obediencia. Que
estaremos actuando conforme a la voluntad de Dios. Y cuando estamos viviendo en
ese nivel espiritual o sea deleitándonos
en la comunión íntima con Dios, El mismo derrama desde su mismo trono esa
unción fresca que nos transforma de la debilidad a la fortaleza, de la nada a
lo mucho. Y haremos grandes hazañas para la gloria de Dios.
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